El fotógrafo fotografiado y la fotografiada mirando al fotógrafo. Justo después de hacer la foto del otro día.

Sin novedad en el frente. Inés y su madre haciendo el día a día, yo secuestrándola cuando llego por la tarde y los abuelos (Rodríguez) que se nos van mañana. De todas formas el viernes tenemos a los otros abuelos (Cendón) por aquí.

Pues no hubo manera, el Racing volvió a perder e Inés sigue sin ver ganar al equipo de su padre. Ahí me tenéis con el pinganillo en la oreja haciendo multi-tarea acunando a Inés y viendo el futbol por Internet. Ella tan pichi echándose la siesta.

Al final cogimos la niñera de la que hablabamos el otro día. Esta la cosa muy malita y esta nos gustó y se adaptaba perfectamente a las fechas. Hoy han estado en el pediatra y la enana sigue cogiendo peso a buen ritmo (3.8 kilos, teniendo en cuenta que había bajado hasta casi 3.4, no está nada mal) y de salud como una roca.

Dormir, pasear, cambiar pañales y despertar a sus papis. Plan para el fin de semana 🙂

Hoy hemos empezado la búsqueda de una niñera. La baja de Arancha acaba a la vuelta de vacaciones de Navidad y encontrar una guardería para el mes de enero es imposible (los niños la dejan y empiezan a la escuela en septiembre), así que no nos queda más remedio que buscar una nounou.

Las niñeras en Francia guardan uno, dos o tres niños en su casa en función del permiso que hayan obtenido del gobierno regional. Son un poco más caras que las guarderías y hay que hacer más papeleo, pero son un buen recurso cuando en las guarderías sólo hay listas de espera y, en teoría, dan una atención más personalizada.

Inés nos ha acompañado a ver a la primera con la que hablamos, al lado de casa y recomendada por una vecina (ni más ni menos que la mujer del presidente de la comunidad). La señora muy maja, pero uno se queda raro, pensando que va a tener que dejar a otra persona a su niña durante muchos días. Ahora a seguir buscando, pero no mucho más, que por lo que cuentan pocas cogen el teléfono ya que están bastante ocupadas.

De mientras, la enana dormía en su cochecito, y como véis, bien tranquila.

Inés es, por lo general, una niña tranquila. Supongo que si sumamos todo el tiempo que llora a lo largo del día no supere ningún record de lloros y quejidos. El tema es que tiene la habilidad de concentrar la mayoría de sus quejas en un momento del día: cuando hay que irse a dormir.

La pobre se ve que tiene en ese momento sus horas de andar despierta que se juntan con algún gas que otro y no encuentra una postura en la que estar tranquila. Bueno, hay una que la deja alucinada… si se la coge por los sobaquillos se queda alucinada mirando a todos los lados con sus ojos como platos.

Curioso y gracioso…

Con tanta leche y tantas tomas de vez en cuando Inesuca ya regurgita alguna cosilla que otra. Así que momento ideal para estrenar los baberos que nos regaló la abuela Mili.

Aquí tenéis a la estrella, frita total tras comer en abundancia.

Este domingo hemos visto el primer partido del Racing con Inés por la tele. Jugabamos contra el Real Madrid y nos lo ponían en Sport+. Así que Inés ha vestido sus mejores galas para ver al equipo de su papá, pero de poco ha valido porque hemos perdido 0-2.

No pasa nada, ya habrá mas oportunidades. De momento Inés tan tranquila en la hamaquita que le regaló su tía Bea.

Llega el otoño, pero en Toulouse sigue haciendo muy buen tiempo. Hoy nos hemos levantado con un sol espléndido y antes de comer nos hemos ido a dar una vuelta hasta el parque de Compans Caffarelli a unos minutos de casa.

Dentro de este parque hay otro parquecito que se llama el jardín japonés. Un marco precioso para echarse unos retratos con Inés.

Primeros paseos de Inés por Toulouse con el super carrito que le regaló la abuela Mili. Y de paso, primer viaje de Inés en Metro… nos fuimos tan lejos que hubo que volver por el subsuelo de Toulouse.

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Muchos regalos le están cayendo a Inés y estamos muy contentos con todos. Pero hay uno que me ha hecho gracia especialmente. Nuestros amigos Pepe y Fanny le han regalado, entre otras cosas, a Sophie la Girafe (Sofía la Jirafa). Un juguete clásico en Francia que todos los bebés de este país tienen que tener.

Sophie es un juguete de principio de los años 60. Una jirafa de goma con un silbato de lo más clásico. Ideal para cuando le empiecen a salir los dientes a Inés. Es un poco pronto, pero de momento se entiende muy bien con ella.